Los títulos más susceptibles de ser colocados en una distribución a demanda son aquellos que tienen una rotación muy baja, así como aquellas publicaciones que el editor haya decidido que en el futuro solo serán atendidos los pedidos mediante esta modalidad, pues dejarán de haber existencias físicas de las mismas.
También es muy adecuado colocar en esta modalidad a demanda aquellas publicaciones que sufren roturas de stock en determinadas campañas y, provisionalmente, son atendidas mediante la distribución a demanda, para evitar la pérdida de pedidos del canal.
El editor decide en cada momento si una publicación es colocada a demanda o vuelve a ser atendida mediante distribución tradicional comunicándolo al distribuidor y este cambia el modelo de provisión en su sistema de comunicación a sus canales de venta.