Los bebés que no nacen vivos son llamados
«bebés de agua»
porque pasan su vida dentro del líquido amniótico.
Una antigua leyenda dice que,
cuándo las personas cumplen su misión,
se desencarnan y siguen otro viaje.
Siempre tememos a la muerte,
pero es un proceso natural.
La vemos con miedo,
pero tenemos que saber que es posible
morir con amor, desde el amor.
Esto fue lo que el bebé ballena nos enseñó…