Gijón. La lluvia. El cadáver de una joven en un contenedor de basura. Un ruso, una red de trata de blancas. Antros de nostalgia, sexo mercenario y sábanas de olvido. Y un inspector de policía, descreído y sentimental que, atrapado en su laberinto de pasiones, lleva la investigación de forma implacable.
“Si Don Winslow fuera español escribiría como García Meana”. (José Antonio Quesada)