El último adiós es una historia que transita continuamente entre la realidad y la ficción, entre la autobiografía y la imaginación del escritor. De este modo, el lector, aunque intuye que la narración parte de un hecho real, nunca puede saber a ciencia cierta qué pudo haberle ocurrido realmente al protagonista. Así, la novela se transforma en un juego en el que se embarca el lector por descubrir la verdad, a la vez que sigue la pista del protagonista.