El Renato dentro del espejo siente mucho frío en la cara, pero pareciera que está muy familiarizado con ese clima, no se queja, observa el monumento megalítico sagrado desde su punto geométrico
Al mismo tiempo, es pasivo espectador desde el otro lado del espejo, el del Renato que se supone pertenece a la realidad objetiva; ese es el que se percata de algo increíble: existen y conviven dos puntos de vista y un solo Renato repartido entre dos dimensiones espacio-temporales.