Las condiciones para recuperar a Jesús parecen ser, como mínimo, dos: trascender la estrechez de nuestro modo mental de conocer (modelo dual) y, con ello, la rigidez religiosa en la que nos encontramos demasiado a menudo. Tal planteamiento no es un capricho postmoderno, sino un imperativo que viene dado por un nuevo modo de conocer, gracias a la evolución de la consciencia, por impulso del Espíritu, del que todo nace y en quien todo es.
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Desde el nuevo modelo no-dual -que se corresponde con el estadio transpersonal y que está emergiendo con fuerza en todos los ámbitos del saber-, se deja de percibir a Jesús como un ser separado -objeto de culto-, para reconocerlo como expresión admirable de lo que somos. Se descubren claves nuevas
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