Redescubrir la enseñanza presenta la afirmación innovadora de que la enseñanza no tiene por qué ser percibida necesariamente como un acto de control, sino que puede entenderse y configurarse como una forma de activar las posibilidades de que los estudiantes existan como sujetos. Al enmarcar la enseñanza como un acto de disenso, es decir, como una interrupción de los modos de ser egocéntricos, este libro sitúa la enseñanza en el extremo progresivo del espectro educativo, donde puede reconectarse con las ambiciones emancipadoras de la educación.