El pueblo judío es el pueblo militante por excelencia. Es un pueblo de propagandistas, un pueblo de «sacerdotes», que tiene un mensaje que transmitir al resto de la humanidad. Éste ha tomado diversas formas a lo largo de la historia, pero hoy en día puede resumirse en el credo de los «derechos humanos».
El judaísmo, en efecto, no es solamente una religión. Es también un proyecto político cuyo objetivo es conseguir la supresión de las fronteras, la unificación de la tierra y la instauración de un mundo de «paz».
Para los judíos, esta esperanza se confunde con la espera febril de un Mesías desde hace tres mil años y que supuestamente debe venir un día para restaurar el «reino de David». Todo debe ser implementado para preparar su venida. Es