“Es necesario que nos demos cuenta de una vez –nos
dice Vittorio Messori en estas páginas– del cúmulo de
opiniones arbitrarias, deformaciones sustanciales y
auténticas mentiras que gravitan sobre todo lo que
históricamente concierne a la Iglesia. Nos encontramos
literalmente asediados por la malicia y el engaño: los
católicos, en su mayoría, no reparan en ello, o no
quieren hacerlo…”.