El Apóstol estaba en un momento importante de su vida. Mirando atrás, podía ver 20 años de trabajo en Asia menor, y Grecia. Pero ahora el gran misionero volvía su mirada hacia el oeste, hacia España. Como Antioquía había sido el centro de difusión del evangelio para el este del imperio romano, ahora Pablo quería que Roma fuera su punto de partida para la evangelización del oeste.