Santiago Montobbio nos abre de nuevo la puerta de su casa del ensanche barcelonés y de los paisajes de S’Agaró, en la Costa Brava catalana, así como la de su biblioteca, trasladando, en Los poemas están abiertos, continuación de su anterior libro De infinito amor, un diario poético de lecturas y reflexiones, publicado en dos tomos en esta misma editorial. Resaltan anotaciones eruditas donde destaca su personal tono afectivo dando como resultado el camino circular de esta escritura apuntalada en sus recuerdos evocados al compás de lo que tanto ama: la noche, la mañana, los cielos cambiantes y su madre.
En la misma línea que el anterior libro, el autor amplía el horizonte de lecturas y destaca el poso de evocaciones cuando lee a Julio Ramón Ribeyro, Fernando Pessoa, Antonio di Benedetto, o José Moreno Villa, entre tantos escritores del pasado.