Rafael-José Díaz demuestra con cada nuevo libro el altísimo
nivel de la literatura que se viene desarrollando en las Islas
Canarias. Isla y luz están prensentes en este nuevo libro difícil
de catalogar: una narración que consta de un único párrafo
de 100 páginas donde el recuerdo —que siempre es ficción y
autobiografía— se encuentra con la pulsión del lenguaje, lo
que ha propiciado que el texto se incluya en una colección
dedicada a la poesía, aunque bien podría haber aparecido en
la de narrativa.
Hay en Luz que se escapa un sentir isleño que solo quien
vive rodeado de agua conoce, pero que Díaz es capaz de transmistir
en los pequeños detalles, como en el uso de un edredón
nórdico. Un amor-odio hacia lo que se fue, se es y se aspira a
lograr. Contar el origen y las mudanzas, los cambios de territorio,
es una manera de hablar de la identidad. Hablar desde
un punto y lograr que lo que se escuche sean todos los puntos.
Isla y continente, recuerdo y carne, un viaje por lo cotidiano
que no deja de ser extraordinario.