Podríamos decir que Francisco José Fernández Palacios se educó en su infancia a la sombra de la Historia —encarnada en el Monasterio de San Pedro— en Villanueva (Cangas de Onís), su pueblo natal. No es un profesional de la literatura, sino un trabajador que lleva la poesía dentro de sí mismo, y por ello le brota cada día de forma natural como un manantial de agua fresca. Sigue este, su segundo libro (En el preludio del ocaso), la estela del primero (Primavera en verso), donde acierta a encarnar sencillas respuestas poéticas a tantos pensamientos e interrogantes que cada individuo se formula a lo largo de la vida.