En esta novela, el autor narra las dificultades y eventos curiosos que ocurrieron durante su creación. Enfrentó la pérdida del texto en dos ocasiones debido a fallos informáticos, y la historia se desarrolló de manera fragmentada y caótica, con notas dispersas que se fueron acumulando a lo largo del tiempo. A pesar de la confusión inicial, estas notas resultaron encajar perfectamente, formando una narración coherente que gira en torno a la "Isla de Grottsmann". Además, el autor experimentó la enigmática compañía de gatos callejeros que se reunían frente a su puerta mientras escribía, desapareciendo al concluir la obra.