<p>-223 °C, la temperatura mínima estimada en la atmósfera de Urano, lugar ideal para encender una fogata y dejar que la poesía vuele. Pero Urano no es solo un planeta, sino que también es un dios primigenio en la mitología griega: el dios del cielo. Una deidad que no tuvo culto específico en la época clásica. Los versos de Manuel Bellido no solo tratan de superar la cúpula celeste que limita dicha divinidad, sino que, con su especial musicalidad, llegan a recorrer los anillos de aquel planeta tan lejano. «Decidido / doy la espalda al mar, / ciño en las estrellas / las coordenadas».</p>