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ENCRUCIJADA ATLÁNTICA
ENCRUCIJADA ATLÁNTICA
Luis García Rebollo
ISBN: 9788409699803
Editorial: LUIS GARCÍA REBOLLO
Páginas: 356
Género: Historia
IBIC: Historia marítima
Año: Feb-2025
Precio
USD40.97
descuentos no aplicados
<p style="text-align:justify;">En la actualidad se suman nuevas circunstancias a las que, desde hace siglos, vienen jugando con el delicado equilibrio geopolítico del archipiélago canario. Demasiado dispares para enfocarlas simul-táneamente, si no es con una visión generalista suficientemente amplia. La propuesta que traemos en estas páginas es abordar someramente esos elementos de tan distinta naturaleza: históricos, jurídicos, políticos, económicos, etcétera, para facilitar su interrelación y análisis. </p><p style="text-align:justify;">Lo haremos en torno a tres grandes bloques temáticos: los principales acontecimientos históricos debidos a nuestra condición atlántica desde la edad moderna; la progresión de los descubrimientos de la costa africana, de las Islas Canarias y de nuestros caladeros tradicionales desde la antigüedad; y la naturaleza jurídica consecuente del ámbito marítimo que nos rodea. </p><p style="text-align:justify;">En la cubierta de este libro se muestra un fragmento del Atlas náutico de 1375 atribuido al mallorquín Cresques Abraham que contiene las Islas Canarias. El archipiélago se representaba en el extremo occidental de una de las obras cartográficas más importantes de la Edad Media, que cubría todo el mundo conocido hasta las costas de China.</p><p style="text-align:justify;">Los navegantes de los reinos peninsulares ya visitaban y cartografiaban el archipiélago cuando era la última tierra conocida, como Jaume Ferrer que se muestra en la misma ilustración enarbolando la enseña aragonesa en la popa de su barco. O el onubense Alonso Sánchez que comerciaba entre Canarias y Madeira, de quien algunos, como Garcilaso de la Vega, decían que reveló a Cristóbal Colón la existencia de tierras al otro lado del océano, hasta donde fue arrastrado por una tormenta.</p><p style="text-align:justify;">Lo fuera o no, el descubrimiento de América por el navegante valenciano en 1492 vendría a situar el archipiélago canario en el centro de todos los mapas a partir de entonces. Dos años después, el 7 de junio de 1494, se firmaba en Tordesillas un primer tratado entre Castilla y Portugal por el que ambos reinos se repartían el mundo para descubrimiento y conquista. Y un segundo tratado en el que se asigna a Castilla la costa adyacente a Canarias y las pes-querías intermedias.</p><p style="text-align:justify;">Para los Reyes Católicos quedaban así dentro de un mismo entorno geopolítico el archipiélago canario, la costa africana adya-cente y el banco pesquero intermedio. La abundancia de recursos naturales haría el resto para convertir a las Islas Canarias en escala obligada de las rutas trasatlánticas. En el cuello marítimo del Impe-rio español y de la civilización hispánica, que muchos quisieron cortar por su importancia capital: «si caía Canarias, caía América». </p><p style="text-align:justify;">A la sombra de ese cruce de caminos, culturas e intereses se forjaría el pueblo canario, en lo bueno y en lo malo. En el mestizaje, en el auge económico del comercio trasatlántico o en el aislamiento y en la pobreza, cuando no en la defensa militar de las islas y sus caladeros ante los reiterados ataques de corsarios, piratas y fuerzas navales extranjeras.</p><p style="text-align:justify;">En las últimas décadas se ha venido a añadir a la ecuación un nuevo elemento, la riqueza del suelo y subsuelo marino de las aguas de Canarias con yacimientos de minerales estratégicos, nódulos polimetálicos y combustibles «fósiles». Lo que, paradójicamente, podría ser una maldición por poner a las islas en el punto de mira de grandes potencias y corporaciones con el exclusivo propósito de la explotación de los recursos. </p><p style="text-align:justify;">En esa encrucijada nos encontramos con un claro déficit de información útil y un exceso de confusión por nuestra parte, importantes debilidades que juegan a favor de intereses foráneos ya tradicionalmente atraídos por nuestra situación estratégica. Con el añadido ahora de encontrarnos en el entorno de una de las más importantes crisis mundiales en todos los órdenes. </p><p style="text-align:justify;">Hemos traído como lema al principio de este libro uno de los principios básicos que ya contemplaba Sun Tzu hace 2.500 años en <i>El arte de la guerra,</i> como el de conocer a nuestro enemigo y a nosotros mismos para salvar las situaciones. Es imprescindible tener un conocimiento elemental de los riesgos que nos amenazan, de sus artífices y muy especialmente de sus métodos. Igual que tener un conocimiento de nuestras capacidades, de nuestra naturaleza y de nuestra herencia cultural.</p><p style="text-align:justify;">Tanto para lo uno como para lo otro es necesario ampliar el foco para relacionar unas materias con otras en beneficio de un análisis genérico, acertado y provechoso. Es preciso relacionar la historia con el derecho, con la geopolítica o con la ciencia, para sacar conclusiones que justifiquen los hechos pasados y para desarrollar modelos que nos ayuden a predecir lo que pueda ocurrir, y cómo podemos actuar. </p><p style="text-align:justify;">Si bien es preciso advertir al lector de dos importantes limitaciones que debemos superar para comprender los acontecimientos en su justa medida. La primera es precisamente que los conflictos, la guerra, no tienen límites. Aunque existen las leyes de la guerra ratificadas por un gran número de Estados, estas también son promovidas por intereses supranacionales y no siempre se limitan al mero uso de las armas, de la política o de la diplomacia, sino que se extienden a todo aquello que pueda ser útil sin ningún tipo de escrúpulo y en todos los campos. Desde la tergiversación del relato histórico, pasando por la corrupción, el terrorismo o el magnicidio, todo vale. </p><p style="text-align:justify;">La segunda limitación que debemos superar es nuestra cultura humanista, somos culturalmente «buenos», así que tenemos una incapacidad manifiesta para comprender determinados acontecimientos. Especial-mente aquellos en los que hemos sido la «víctima propiciatoria» de un cambio de régimen o de una revolución. Y como nación jugamos con las manos atadas ante determinadas naciones e intereses sin demasiados miramientos.</p><p style="text-align:justify;">Es preciso ampliar nuestra capacidad crítica en consecuen-cia si albergamos sinceras esperanzas de comprender realmente nuestra historia, nuestro presente o de hacer alguna fundada predicción de nuestro futuro.</p><p style="text-align:justify;">Con el propósito de aportar algo de luz y análisis útil que nos dé alguna ventaja en esta encrucijada atlántica, traeremos en este libro, en primer lugar, algunos retazos de la historia marítima de Canarias, testimonio de su dimensión e importancia, y de la natu-raleza del ser isleño íntimamente vinculado al mar y a las rutas oceánicas. Sujeto pasivo de la geopolítica mundial, en mayor o menor medida, por la gran importancia estratégica del archipiélago canario. </p><p style="text-align:justify;">Desde esa concepción marítima veremos los imprescindibles antecedentes históricos y geopolíticos a partir de la Paz de Versalles de 1783, que confluirán en Canarias con el ataque y derrota del contralmirante Horacio Nelson en Tenerife a manos del teniente general Antonio Gutiérrez de Otero y del pueblo tinerfeño.</p><p style="text-align:justify;">Este sería, junto con la expulsión de los británicos del Rio de la Plata por Santiago de Liniers, uno de los episodios que daría origen al fundamental, aunque desconocido, cambio del marco conceptual y bélico en los enfrentamientos con Gran Bretaña. Comenzaría entonces por parte británica una nueva guerra en la sombra, sucia o híbrida,<span style="color:#050505;"> </span>si preferimos el término actual. Y la calculada pérdida del protagonismo tinerfeño durante el siglo XIX. </p><p style="text-align:justify;">Seguiremos con una breve contraposición de valores entre los nuevos métodos británicos en los que el fin justifica los medios y los que tradicionalmente han guiado las políticas hispánicas desde la escolástica y el derecho natural, que marcan la diferencia entre unos y otros. Con sus dramáticas consecuencias y su posible proyección en un futuro a largo plazo.</p><p style="text-align:justify;"> La esperanza llegaría con Isabel II y sus políticas de desa-rrollo industrial y marítimo, que durante unos pocos años nos devolvería el protagonismo y el comercio con América después de lustros de abandono. Unas políticas en las que participarían de forma decisiva importantes personalidades isleñas. </p><p style="text-align:justify;">La ilusión isabelina se truncaría con una revolución, La Gloriosa, orquestada desde fuera de nuestras fronteras. Una revolución que conduciría a la nación a una descomposición memorable tan solo contenida por la restauración de la misma dinastía des-tronada. La destrucción de las industrias y astilleros españoles repercutiría en Canarias, tanto en su comercio marítimo como en la colonización industrial y económica británica del archipiélago. </p><p style="text-align:justify;">La Restauración borbónica en el último cuarto del siglo XIX vendría con nuevos retos y oportunidades, pero también con nuevas servidumbres y conflictos. Recorreremos esos años azarosos a través de la experiencia vital de Esteban Arriaga Amézaga, entre Cuba, la Península y finalmente Canarias. Donde su influencia tendría cierta trascendencia en la sociedad isleña de la época, pero mucho más su descendencia que ocuparía puestos de responsabilidad cru-ciales para el archipiélago durante la Segunda Guerra Mundial.</p><p style="text-align:justify;">Intentaremos traerles después un retrato de la sociedad canaria de fin del siglo XIX. La del desastre del 98. La última antes de que Canarias retornara en el mapa de España a ocupar un lugar en un extremo, o se encerraran las islas en un cajetín junto a la Península casi siempre a distinta escala. La última, igualmente, antes de que los españoles peninsulares cambiaran su visión global ultramarina por la mesetaria continental con las ignorancias consecuentes. Una sociedad en la que estaban presentes todos los acentos de nuestro idioma, desde el filipino al montañés pasando por tantos otros. Para ello hemos recurrido también, aunque muy brevemente, a las experiencias vitales de los jóvenes que fundaron el Club Tinerfeño en 1903. Una fundación que tuvo lugar en unas complicadas circunstancias geopolíticas, tanto, que motivaron la visita de un monarca español por primera vez a Canarias.</p><p style="text-align:justify;">Entraremos a continuación en el traslado de la capitalidad marítima de Santa Cruz de Tenerife a Las Palmas de Gran Canaria. En el auge de esta última con el desarrollo portuario y de su industria naval, mientras la que fuera capital única de Canarias agonizaría lentamente. En una sucesión de acontecimientos dema-siado ordenada para ser casual, cuyo resultado final parecía haber sido diseñado con años de antelación como una alternativa británica a Gibraltar.</p><p style="text-align:justify;">Vendrán entonces los años críticos de la II Guerra Mundial en los que las Islas Canarias, presentes en los planes de uno y otro bando, estuvieron muy cerca de ser invadidas por los británicos u ocupadas por los alemanes. La sabia política exterior llevada entonces por España y la influencia de destacadas personalidades desde las islas mantuvo a la nación neutral y a las islas en paz. Como mudos testigos de aquellos años, aún se conservan algunas de las grandes infraestructuras que se construyeron entonces y que sor-prenden a quienes las visitan. Claro ejemplo son los túneles de la montaña de la Altura bajo el barrio de la Alegría en Santa Cruz de Tenerife.</p><p style="text-align:justify;">Hasta aquí se tratan en este libro episodios relacionados con la proyección ultramarina entre Canarias y América o sobre la influencia en las islas de la geopolítica atlántica. Le llega el turno ahora a esa parte de Canarias que fue el banco pesquero Canario-Sahariano, desde el que se avistaron las Afortunadas por primera vez en la antigüedad. Recorreremos su historia desde entonces hasta las últimas resoluciones del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Recordaremos el protagonismo de los pescadores canarios que descubrieron los principales caladeros de la costa africana y faena-ron en ellos hasta nuestros días. Una raza de gente de mar que, en el mestizaje, sumó los métodos para la conservación de la carne de cabra de los primeros habitantes de las islas a las técnicas de los navegantes de los reinos ibéricos, los mejores del mundo en aquel tiempo.</p><p style="text-align:justify;">Por último, expondremos unas nociones básicas de Derecho del Mar de las aguas de Canarias, incomprensiblemente desco-nocido por los isleños. Veremos el concepto de «aguas canarias» que contempla el Estatuto de Autonomía y no recoge el derecho internacional, así como las distintas áreas y zonas de responsabilidad y la posible repercusión de la naturaleza consuetudinaria de este derecho en beneficio de los canarios. </p><p style="text-align:justify;">Debemos observar también que hemos tratado esta encru-cijada atlántica desde la historiografía, el derecho y la geopolítica. No obstante, los hechos que se consideran están fundamentalmente vinculados a la navegación, y la navegación es un cúmulo de ciencia aplicada. A diferencia de las anteriores que son ciencias sociales, las ciencias aplicadas son fruto de la práctica, de la experimentación y de un profundo conocimiento de sus métodos y teorías. </p><p style="text-align:justify;">Queremos reivindicar también la imprescindible figura del historiador propiamente dicho. Aquel que sabe perfectamente el límite de su ciencia, la historia, con las ciencias aplicadas necesarias para comprender y explicar los sucesos. Si bien es preciso aclarar algunas particularidades de la navegación como ciencia aplicada, ya que recurriremos a ella para reconstruir determinados episodios de nuestra historia marítima. Como la necesaria «predicción científica» inherente a la reconstrucción de la historia naval y marítima por «sus especialistas», partiendo del trabajo del historiador que aporte los datos necesarios y fiables. </p><p style="text-align:justify;">Un aspecto fundamental que diferencia de forma radical el ejercicio práctico de una ciencia aplicada. Que podríamos llamar «prudencia vital». Es cuando esa práctica no se realiza de forma inocua en la tranquilidad de nuestro estudio, sino cuando se ponen en riesgo vidas humanas o importantes recursos económicos, como en el caso de la navegación. Entonces no solo es obligado desprenderse de la información superflua que pueda distraernos, sino que es preciso además tratar la información útil para que sea fácilmente comprensible y accesible por compleja que sea. Un proceso que se suele calificar de «analítico sintético» para elaborar protocolos y procedimientos que permitan operar flotas y grandes buques con seguridad.</p><p style="text-align:justify;">Con esa intención hemos procurado tratar los asuntos citados mediante una exposición sintética en lo posible, acompañada de numerosos gráficos e imágenes para facilitar su comprensión. A la que se han añadido enlaces a distintas fuentes con el correspondiente soporte documental, priorizando los contenidos digitales para agilizar su consulta. </p><p style="text-align:justify;">Para terminar solo nos queda advertirles que, aunque en estas páginas no pretendemos tocar el limo del fondo ni meternos en jardines pantanosos, el análisis nos llevará en ocasiones a determinados episodios «velados», poco conocidos, incluso dramáticos y decisivos, que pasaremos tangenteando para dejar al particular discernimiento de los lectores la visión del bosque en su conjunto. </p><p><br> </p><p> </p><p style="margin-left:14.2pt;text-align:justify;"> </p>
Descripción
El ARCHIPIÉLAGO CANARIO se ve afectado, en los últimos años, por nuevas circunstancias que se suman a las que desde hace siglos vienen jugando con su delicado equilibrio geopolítico. Factores demasiado dispares para enfocarlos de forma simultánea, si no es con una visión generalista suficientemente amplia. En esta Encrucijada Atlántica tratamos de abordar someramente todos esos elementos para facilitar su interrelación y análisis, desde la historia, la geopolítica, la ciencia náutica o la naturaleza jurídica de nuestras aguas y caladeros.
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