Tiresio el Termestino, situado en los años ochenta antes de Cristo, relata un viaje narrado por un niño de diez años, desde Termes en la actual provincia de Soria, a través de la antigua Celtiberia, previo a la invasión romana. El viaje meramente comercial, se ve truncado por la proximidad de las legiones de Fulvius Flaco, con quien se enfrentarán en el Saltus Manlianus; tras el encuentro, Flaco cede el mando a Tiberio Sempronio Graco, al que los arévacos también harán frente en la batalla del Queiles. Roma pretende conquistar toda la península ibérica. No le será fácil, la resistencia de los arévacos y otras tribus celtiberas será brutal.