En este libro, el autor nos hace reflexionar en uno de los aspectos más arduos del cáncer: la soledad. Una soledad íntima, interior, individual y personal que impide sacarte de tu propio pozo por muy rodeado que estés de personas que te quieren e intentan ayudarte. Pero gracias al cáncer tienes la oportunidad de vivir, pero no sufriendo, sino conociendo. Conocer a Jesucristo implica que Él justifica nuestra existencia.