La toma de medicamentos químicos durante muchos años produce efectos secundarios peligrosos y ha convertido en incurables algunas enfermedades.
La artillería química pesada, que baja la tensión arterial, los inhibidores de calcio, los beta-bloqueantes o los fluidificantes sanguíneos, cuando se toma durante años, acaba siendo un veneno para el cuerpo.
El hígado y los riñones resultan dañados, y estos medicamentos para los trastornos cardíacos debilitan el corazón y agravan las enfermedades cardíacas y del sistema circulatorio.
Las enfermedades de la civilización, a las que pertenecen las enfermedades de la circulación y del corazón, son una señal de que nuestra civilización está enferma y nos enferma.