Sorgenfri Serier es una conversación, un diálogo interno, aquello que uno se guarda para contárselo al amigo, al compañero. “Yo vivo a través de otros, y confío en que es una forma hermosa de existir, y confío en que tú, al menos tú, querrías también vivir a través de mí”, le dice la protagonista a Isaac, porque de alguna manera hay que justificar el coleccionismo, la vida que sucede, el por qué y el para quién.
Isaac, el testigo acompañante, ejerce además de guía, pues la oscuridad es profunda y alguien tiene que decir “Sorgenfri: libre de tristeza. Sin reproches”. Con una relación a distancia a caballo entre España y Suecia, entre el pasado y el presente, la protagonista se esfuerza por encontrar señales que auguren un nuevo comienzo, un futuro limpio, por estrenar.