Bajo el lema «Los caminos de hierro», José de la Luz y Caballero propuso educar a los jóvenes en el principio de la necesidad de establecer relaciones armónicas con la naturaleza, para utilizar racionalmente sus recursos y, al mismo tiempo, dar más garantía al desenvolvimiento de la vida humana. También expresó el interés por adquirir medios de transporte eficientes y seguros, entre ellos el ferrocarril, y optó por el uso del carbón mineral como fuente energética principal en las fábricas y talleres, pero siguiendo determinadas normas de seguridad para evitar daños al ambiente y a la salud humana.