Una de las mayores pruebas de debilidad mental es el maltrato. Estamos ante una historia real de continuos malos tratos, a lo largo de más de medio siglo, capaz de poner el vello de punta y sin dejar paso a la indiferencia.
Es el más fiel reflejo de una sociedad machista y autoritaria, donde una mujer, aun siendo niña, es totalmente sometida por su marido, quien ejerce sobre ella y también sobre sus hijos, una violencia desmesurada.
Uno de los mayores actos de amor hacia sí mismo —o hacia uno mismo quizá— es el perdón.