Las historias que integran este libro han sido escritas sin la intención deliberada de convertirse en sus capitulos. Cuando las imaginé y después las escribi no era mi pretensión que convivieran las unas con las otras. Fue después cuando reparé en el nexo que todas ellas compartían, cada una a su manera, la soledad a la que hace referencia su
titulo.
Por sus páginas desfilan un turbado Robert de
Niro, un Jesucristo confundido, un Papá Noel con depresión, Fidel Castro y el Che combatiendo la incertidumbre, y un puñado de abuelos desterrados, pero sobre todo mujeres y hombres anónimos y muy humanos que en un momento dado, como cualquiera de nosotros, se han sentido solos.