“…un destartalado BMW blanco entró en la huerta a toda velocidad. Frenó delante de la tumbona haciendo chirriar las ruedas y levantando una densa nube de polvo. Antes de poder limpiarse la tierra de los ojos, los dos ocupantes del vehículo habían bajado. Ambos iban armados y enmascarados…”
A partir de ese instante se desata el caos. Un robo de cocaína, en principio fácil, sale mal desatando una violencia desconocida en la ciudad. Dos maneras de “llevar el negocio”, una sola de quedárselo.
Un amante desesperado pondrá a la policía en la pista. Campillo se involucra en un mundo desconocido para él, en el que la traición y el dinero son los dioses.