La oración del corazón es una manera de orar muy extendida en el Oriente cristiano. Consiste en repetir en nombre de Jesús solo o acompañado con alguna petición (por ejemplo, la del ciego de nacimiento: ‘Jesús, salvador, ten piedad de mí, pecador’) hasta conseguir que la respiración, los latidos del corazón, se acoplen a ese mantra y el orante consiga 'orar constantemente'. Por eso, se llama también ‘oración de Jesús’ y ‘oración ininterrumpida’. Este tipo de oración hace del orante una persona nueva. Vive la presencia de lo divino en él, pero también en los que le rodean y en la creación entera, convirtiéndose en un templo viviente de Dios.