Un cruce de miradas, una sonrisa, una fragancia, la palabra adecuada, una mano que se posa, el descaro de una insinuación, la necesidad de mantener el orden o el desorden … Pequeños detalles con los que nuestra mente teje una obsesión.
¿No os ha pasado alguna vez? A los protagonistas de esta novela sí. Siete personajes atrapados en obsesiones que se convierten en el principio y en el fin de todos sus pensamientos, de todos sus deseos.