Desdibujada la sonrisa, triste despedida, despiadada luz que se intuye tras la sombra de los pasos que se alejan.
Roto el silencio, rojas palabras que amortajan suspiros.
Lánguidas pupilas perdidas en extinguidas lágrimas.
Versos sueltos convertidos en acasos mundos. Donde me encuentro, borracha de soledades.
Donde la alegría es rehén de tus caricias.
No me detendré a mirar atrás, no entregaré mis naves, no perderé la lluvia, porque aún hay un corazón aquí.