¿Las dificultades de la vida están produciendo en mí el carácter de José o el de Jacob? Esta es la cuestión. Y es muy relevante, pues nos atañe a todos. Si no hacemos algo por impedirlo, la vida nos va endureciendo poco a poco. Por lo tanto, necesitamos aprender a vivir como lo hizo José, dependiendo de Dios y confiando en su carácter y promesas, para ser cada vez más como Cristo: personas gozosas, sensibles a la necesidad y agradecidas en todo y por todo.