La ideología de género sostiene que la identidad sexual no depende en absoluto del sexo biológico, sino de los roles sociales atribuidos a los individuos por la educación o la cultura. Las orientaciones sexuales serían independientes del sexo; el género resultaría exclusivamente de la interiorización social de un cierto número de condicionamientos, “prejuicios” o “estereotipos” adquiridos por efecto de las presiones culturales o sociales. Las diferencias de comportamiento que se observan entre niños y niñas, luego entre hombres y mujeres, se explicarían únicamente por la interiorización de esos estereotipos inculcados desde la infancia. En suma, la diferencia entre los sexos no preexiste a su “construcción social”.