En estos últimos tres años, hemos vivido mentiras, polémicas y debates televisados de los paniaguados de turno, que provocan un ruido que llega a aturdir. Al tiempo, encontramos serias dificultades para obtener información fiable, ya que el volumen de la que podemos acceder diariamente resulta inabarcable, y tratar de comprender el sentido de una u otra acción política económica, o mejor, de economía política, exige una constancia y una dedicación en el seguimiento y análisis de los datos que muchas veces se convierte en un esfuerzo imposible.