Parece imposible abarcar en un microrrelato la magnitud inconmensurable del amor. Y, sin embargo, cinco líneas pueden contener la fuerza de un tsunami, la furia de un huracán... o la pasión de un adolescente. Cuando los sentimientos adquieren una dimensión inenarrable, sobran las palabras y lo que podría expresarse en cinco volúmenes se plasma en unas pocas frases. Porque el amor, como el gas, se expande hasta ocupar todo el
espacio y se comprime y adapta al recipiente más minúsculo.
Los autores aquí recogidos hacen ostentación de esa maleabilidad natural. Jugando con las palabras, logran enfrascar porciones de su amor (o amores) en apenas un párrafo. Pero recuérdese que puede tratarse de un vendaval embotellado. Incluso los venenos se venden en frascos pequeños.