La terapia centrada-en-la persona tiene como padre y fundador a Carl Rogers (1902-1987). Enmarcado dentro de la corriente humanista y existencial, su influencia fue acrecentándose día a día y constituyó –y lo sigue haciendo– un desafío a otras corrientes centradas-en-el-terapeuta. La evolución de Rogers desde la terapia no directiva a la terapia centrada-en-el-cliente, y finalmente a una más existencial, implicó al mismo tiempo una evolución de su persona y de sus métodos.
Entre sus discípulos, uno de los más importantes es Robert Carkhuff (n. 1934).