En un ejercicio para vencer el olvido, Mamá Blanca escribe hacia el final de su vida las memorias de su infancia, en compañía de su madre y hermanas, durante su estancia en la finca de Piedra Azul. Más que un espacio físico, un paraíso perdido, un lugar sencillo y apacible donde la plenitud de la vida y las inocentes aventuras, transcurren al mismo ritmo que las tareas cotidianas de la casa y de la hacienda.
Bajo la tutela de Evelyn, la institutriz llegada de Trinidad, quien a fuerza de prohibiciones consigue transmitir el amor por las cosas; y de Mamaíta Carmen, encantadora, romántica y generosa, las seis niñas reinan sin orgullo sobre un universo limitado donde se suceden anécdotas y observaciones de su particular mundo.