En los tres monólogos de «Amores Transgresores» mitología y realidad se entrelazan creando un alegato a la libertad, a la independencia y al libre albedrío de las almas.
Tres mujeres, tres épocas, tres situaciones donde el corazón y la identidad juegan un papel determinante y definitivo.
Y siempre el corazón, que viaja, atraviesa, deriva llegando a sus confines, reconociendo sus grutas, transformando sus espejismos, reivindicando sus derechos, evaporando sus miedos.
Una reina minoica encarcelada debido a un secreto familiar.
Una indígena amazónica reclamando a su compañero, desaparecido tras encabezar una huelga.
Una labriega del Épiro confiada que su esposo volverá, a pesar de que se marchó el día después de su boda.
Tres monólogos teatrales femeninos que exponen e iluminan el respeto a lo diferente, a la opción personal y a la dignidad que conforma la condición humana en sus tres niveles: animal (instinto), humano (intelectual), divino (metafísico).