Marcelo es paralítico debido a un accidente laboral. Vive con su hermana Verónica, que lo cuida junto con Francisca, la asistente. Marcelo siempre fue un tirano. Ahora, imposibilitado para andar, su carácter ha empeorado, tanto que la única que siente pena por él es su propia hermana. Circulan rumores de que, siendo niño, tiró un compañero por la ventana del colegio, pero fue algo que nunca se constató. Vigila a sus vecinos, los Fontanilla, y odia a Martín, el jardinero. Un día escucha en las noticias que se ha legalizado la eutanasia en España y decide hacer la petición. Su hermana se niega rotundamente, así como su médico, pero Marcelo no ceja en el empeño hasta dar con un doctor que acepta su solicitud.