No se ve con pureza la línea que separa a los seres. Todo es singular y misterioso. No se puede explicar y tampoco se pretende. El vacío no es un hueco. Hay una potencia de todo lo que
vive. Las lenguas palpitan a la vez. Hablan juntas. El universo tramado, entretejido. Vibra una trenza cósmica de formas. Engarce. Lametón. La posibilidad infinita y su multiplicación. Nada empieza. Nada acaba. Una semilla cíclica. \_Múltiplo de ve\_rde, de Rachid Lamarti, brota como un manantial de todos los posibles aleteos en la espiga que roza la nariz húmeda de un gato. Cualquier instante es así.
Lola Nieto