Cuando me regalaron la lámina del cuadro Mañana de Pascua de Caspar David Friedrich, supe que mi poemario debía rendirle homenaje por los sentimientos que me evocaba y por mi vínculo con la persona que me lo regaló. Otra mañana de Pascua es un viaje cronológico a través de toda la poesía que he escrito desde que comencé, su evolución; es la oscuridad y la luz; la inquietud personal y la belleza de lo alrededor. Es la bocanada de aire que tomas cuando te estás ahogando. Es el fuego y el alcohol abrasando tus pulmones.