Marguerite Yourcenar decía que el enemigo del fanatismo es el sentido común y que pocas veces este último logra ganar la batalla. El día que maté a mi padre es una parte de esa batalla incesante. Una puesta en escena de esa negación y también del coraje de vivir con los ojos bien abiertos. Reedición actualizada de un libro inolvidable. Jorge Fernández Díaz