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Jesús sabe que las relaciones afectivas son muy importantes para un corazón pleno.
Y su respuesta es comprensiva y esperanzadora:recibirán el ciento por uno precisamente en esos afectos: padre, madre, hermanos, hermanas, esposa, esposo o hijos…
El Señor quiere decirnos que Él colmará ampliamente el espacio de las relaciones afectivas del corazón que se le entrega, no de un modo espiritualista y angelical, sino con un cariño real y genuino.
Esa es la ilusión de Dios: llenar plenamente el corazón del que corresponde a su llamada.
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