Mientras haga viento es un deseo, una necesidad, un efecto y una causa. El viento es un agente provocado y provocador que impulsa. Un acompañante que produce disfrute, placer, incomodidad, agobio; juega con nuestro pelo, con los pájaros, con la espuma del mar, aviva los fuegos, levanta la arena y derriba muros, transporta el humo, infla las malditas banderas, se pasea por los cementerios o juguetea con las cometas. Mientras haga viento, algo puede pasar.
Este compendio de microrrelatos atrapa al lector soplando en ese espacio abstracto entre los antitéticos, entre la ironía y el absurdo, la literatura y la ciencia, lo terrenal y lo divino, la tradición y el tiempo, sin dejarnos llevar demasiado por el viento, pues también trastoca la cordura.