A un aula no se va a morir. A los veintiún años una aún cree que en la moneda que lleva en el bolsillo sale vida en las dos caras. Aquel saxofón no debería estar callado, no todavía.
La música como sublimación y el sonido como arma letal. El primer caso de la saga de Petunia Prado del Bosque llevará a la inspectora desde Gijón a Zaragoza siguiendo un rastro salpicado de perversión.
Entre malabares para conciliar la vida familiar con la investigación policial, se abre espacio la mujer: fuerza y ternura; dolor y bizarría; deber y libertad. Frente a la muerte, la pasión por la vida.