Crónica de un desorden es el testimonio memorístico de las vicisitudes que el bibliotecario Pablo Soler fue viviendo durante unos meses de 2005 en un antiguo centro educativo de Barcelona. Son esas mismas vivencias -en el plano profesional y personal- las que le provocarán tal malestar que se verá abocado a una grave crisis de ansiedad. A lo largo de este periplo emocional, se narran fragmentariamente dos procesos bidireccionales: por un lado, el proceso de catalogación de los libros de una biblioteca; por otro, una vida que se va desquebrajando y convirtiendo en un verdadero caos.