He aquí sin trampa ni cartón el fondo de ojo de la filosofía de Carlos Díaz, que en estas páginas cumple sus trescientos diez años, es decir, sus trescientos diez libros.
Entre el cultivo de lo feo y la apología de lo bonito este libro huye de ambos como alma que lleva el diablo y busca lo bello y lo bueno. Entre lo cursi pedante y lo reseco y aburrido este libro apela al estilo y a la buena dicción. Entre la oscuridad embarullada y la trasparencia cegadora, este libro se contenta con llamar pan al pan y vino al vino. Pues entre don Quijote y Sancho es donde se hace la filosofía personalista y comunitaria.
Un libro se echa a perder entre los excesivos aderezos barrocos y la espartana metáfora conceptista, riesgos ambos que no siempre sabe