Perpetua vive acostada desde tiempos inmemoriales. Sus dos hermanos, Plácido y Pacífico, atienden sus necesidades y se ocupan de la casa. Entre los tres sostienen un lucrativo negocio basado en las cualidades de Perpetua. Y es que Perpetua es santa. Santa y visionaria. Es capaz de predecir el futuro, de ver el presente y el pasado, de hacer que se preñen las mujeres estériles, de encontrar novio a las que ya han perdido la esperanza, de curar la gota y el asma, aliviar los dolores y quitar la tos, y, en sus ratos libres, conversa con sabiduría con los canónigos de la Catedral. Pero Perpetua esconde un secreto oscuro, muy oscuro que se pierde entre girones de niebla y años.