Querido lector, he transcrito, al poemario que tienes en tus
manos, las anotaciones del diario de a bordo que, una pareja,
mi esposa y yo, en su otoño temprano, ha ido escribiendo a lo
largo de un solo año de travesía poético-amorosa.
La poesía, aun habiendo zarpado desde el mismo puerto, nos
reunió en medio del océano, nos alimentó, puso los vientos,
nos dio las alas, la inspiración, el primer empujón para empezar
andar. Un trecho, no demasiado largo, de singladura poética
después, de manejar tormentas y borrascas, embarrancar en
bajíos, soportar tediosas calmas chichas, días de implacable
sol, noches de angustiosa espera, finalmente dio paso al
corazón, siendo él, únicamente él, quien desde ese instante
tomó el mando de la nav