«Los ojos siempre le pertenecen a la persona que los hace brillar»
Un accidente. Una pérdida. Y un alma rota.
Una horrible noche de lluvia, Ámbar sufre un accidente junto a su padre. Aquél accidente le dejará una marca permanente en su cuerpo y su corazón.
Tras varias semanas, Ámbar tendrá que verse obligada a vivir junto a su tía y su primo en Seattle.
Una nueva familia, una nueva ciudad, nuevos amigos y nuevos amores pasarán por su vida muchísimo antes de que ella pueda asimilar todo lo que está pasando por su vida, pero... ¿Aquella vida que formó seguirá su curso, como lo ha estado haciendo desde que pisó aquella ciudad?