El mundo de ayer es Viena y Europa antes de 1914, donde Stefan Zweig creció y conoció sus primeros éxitos como escritor, leído con pasión. Por aquel mundo viajó y estrechó amistad con Freud y Verhaeren, Rilke y Valéry… En ese lugar estable, a pesar de las tensiones nacionalistas, la libertad de pensamiento conservaba todas sus prerrogativas. ¿Es este un libro nostálgico? Ciertamente. El escritor exiliado que redacta estos “recuerdos de un europeo” ha visto, y nos cuenta, el formidable desperdicio de un momento histórico, el desplome de los tronos, el cambio de ideas y, por lo tanto, el aplastamiento de una civilización bajo el impulso irresistible del hitlerismo…