La perfecta vida de Gabino se ve fracturada cuando es enviado a un centro de conversión sexual junto a otros nueve desconocidos.
En su habitación encontrará una serie de muñecos de porcelana personalizados a imagen y semejanza de cada uno de los cinco componentes del ala masculina. No obstante, lo que parece un cuidado detalle de «La casa de porcelana» se volverá su mayor pesadilla.
Dos sueños: primero sueña con sus vidas, después con sus muertes; no las recuerda al despertar, pero cuando se rompe el primer muñeco descubre el peligro que aguardan.