¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana bajo el sol? Todos deberíamos tener un cuadro en la pared con el dibujo de un árbol sin hojas, de tal modo que cada vez que alguien pasase por nuestra vida y nos dejara huella en el alma, también dejara impreso su dedo en él a modo de hoja. De esta manera llegaríamos al umbral de la muerte contemplando lo frondoso o seco que está ese árbol y por ende nuestra vida. ¿Para qué, pues, he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio? Vengo unos momentos a mi propio interior para pensar en la inmensidad de luchas diferentes que tenemos en la vida, pero que en realidad se condensan en variaciones con repetición de tres elementos tomados de infinito, en infinito. Me refiero al amor