Utilizando las palabras del diario de Cristobal Colón "Esto no es un injerto", los autores de este libro se refieren al modo de arraigue barroco en América: un extraño injerto, un artificio maravilloso que, sin embargo, se halla a gusto en tierra americana. Estos ensayos procuran vincular hermenéutica y barroco, un modo de leer y de mirar que crece en los intersticios, que despunta en el cruce imposible de los planos en tensión.